Iniciación a la música coral (I)

Según la Resolución de Música Coral de Linz dirigida a la UNESCO y a su Consejo Internacional de la Música, “la música coral, junto con los deportes, es uno de los grandes fenómenos de masas de nuestra sociedad global. La música coral es no solamente una de las formas más ricas de arte sino que tiene también una función sociocultural positiva así como un papel sociológico de largo alcance”.

Pero ¿qué es exactamente la música coral?

Antes de responder a esa pregunta vamos a dar un pequeño paseo por la historia: dónde nació, cómo fueron sus comienzos y quiénes eran sus intérpretes.

Del grito de batalla a la Liturgia Romana

Como apasionado de la Historia me resulta muy interesante conocer los orígenes del canto coral, puesto que nos sirve para entender su contexto, cómo se origina y cuál fue su razón de ser. Y de esa forma, entender mejor qué es lo que estamos cantando.

Si nos remontamos al origen de la civilización humana entendemos que en algún momento el hombre empieza a desarrollar la capacidad para cantar en solitario, propia de la capacidad articulatoria de la voz. Y resulta evidente que pronto se dio cuenta de la fuerza y energía que supone cantar con más personas, creando así el canto colectivo.

Muerte del Conde Roldán, del códice «Miroir Historial», s. XIII

Suponemos que el hombre ha cantado grupalmente desde antiguo, posiblemente con origen religioso o mágico: desde invocar a fuerzas de la naturaleza, plegarias, rezos… hasta reuniones rituales para invocar a los espíritus del mundo u honrar a los antepasados; desde cantos colectivos en el campo de batalla a posteriores cantos épicos para recordar las hazañas de una gran victoria, o para lamentar a los muertos en combate. Por desgracia toda esta música nos es absolutamente desconocida, ya que no nos ha llegado a nosotros ninguna obra escrita.

Es a partir de la Edad Media que la música empieza a escribirse y codificarse gráficamente (aunque no de la manera que la conocemos en la actualidad). En esta época la música fue eminentemente monódica, es decir, hay una sola línea melódica interpretada a una sola voz, un instrumento solista o un coro, con o sin acompañamiento musical: todos los que intervienen en la interpretación cantan lo mismo. Curiosamente, en la gran mayoría de las culturas sigue habiendo este tipo de canto.

Este tipo de música se interpretaba en dos ámbitos: la Iglesia, y las cortes de reyes y señores feudales. Centrándonos en el primero, la música religiosa cobra especial importancia con la imposición de la Liturgia Romana y su Canto Gregoriano (o Canto Romano) a todas las Iglesias de Occidente por parte de Carlomagno (742-814). Gracias a esta imposición disponemos de un amplio registro por escrito de la música de la época, pero en cambio se perdieron los cantos y músicas de otras liturgias, como el Canto Mozárabe, el Canto Ambrosiano o el Canto Galicano.

¿Cuándo surge entonces la palabra coro? Precisamente en el ámbito religioso, en las catedrales, iglesias y abadías. El coro era el espacio físico donde se sentaban los monjes (o religiosos) a cantar en la iglesia. Además, a la entrada de este espacio había un cuadro ornamentado con la inscripción «Hic est Chorus» («Aquí está el coro», o «Este es el coro»).

«Hic est Chorus» del Convento Madre de Dios de la Orden de Santo Domingo (Sevilla).

Por tanto, la palabra coro nos designa el lugar físico donde se realizaba el canto colectivo, pero también al colectivo que lo ocupaba. Este coro no está especializado en música: sólo cantaba las obras más fáciles del Canto Gregoriano. Para las obras más difíciles contaban con un pequeño grupo de monjes o religiosos especializados en música y canto, llamados Schola Cantorum o Chantres, tarea a la que se dedicaban por completo como un trabajo diario. Aquí nace, por fin, nuestro concepto de coro, tal y como lo conocemos en la actualidad, como agrupación de personas que se juntan para cantar con un objetivo común, dirigidos por un Caput Scholae, Sochantre o maestro de los cantores.

El coro, normalmente dividido a su vez en dos coros, se situaban a derecha e izquierda, ante el gran facistol o atril que ocupaba el centro de la estancia y en el que se colocaban los cantorales gregorianos, en ocasiones ricamente ornamentados con bellísimos dibujos.

Coro, sillería y facistol de la Catedral de Murcia

El coro, normalmente dividido a su vez en dos coros, se situaban a derecha e izquierda, ante el gran facistol o atril que ocupaba el centro de la estancia y en el que se colocaban los cantorales gregorianos, en ocasiones ricamente ornamentados con bellísimos dibujos.

Más adelante surgirá en Europa una nueva forma de crear y componer música: la polifonía o el arte de cantar o tocar simultáneamente dos o más sonidos. El Ars Antiqua y el Ars Nova desarrollarán la polifonía desde el siglo XI hasta el XIV hasta llevarla a la época dorada de la música vocal: el Renacimiento. Pero de eso os hablaré en el siguiente artículo.


¿Qué te ha parecido este artículo?

Puntuación: 4 de 5.

9 comentarios

Replica a Guillermo Cancelar la respuesta