¡Ay, luna que reluces! (C. Uppsala)

Este sencillo villancico pertenece al Cancionero de Uppsala, publicado en 1556 en Venecia y descubierto en la ciudad sueca de Uppsala a principios del s. XX. Es un estupendo ejemplo de villancico profano a 4 voces que aunque es breve exige una buena capacidad técnica para que suene con toda su belleza.

Aquí os dejo dos versiones de la partitura: a la izquierda, una versión transcrita en notación actual; y a la derecha, con incipit, notación mensural original y música ficta claramente marcada.

Escuchar la obra

Al igual que otras muchas obras del Renacimiento encontramos multitud de versiones de esta canción: con y sin acompañamiento instrumental, con las estrofas divididas con solistas, o en semicoro… Todas nos sirven para hacernos una idea sobre cómo suena esta canción. Estas dos primeras llevan acompañamiento instrumental: la de la izquierda, con la melodía únicamente cantada por soprano, llevando el resto de voces los instrumentos. En la de la derecha, con todas las voces cantadas por solistas y, además, instrumentos. Queda especialmente bonito la parte en la que otra voz femenina (contralto) responde a la soprano en la parte de «Ay luna tan bella!» a modo de eco.

Y aquí una versión más coral (izquierda) y otra totalmente a capella (derecha) que nos sirven para hacernos una idea de lo sencilla y bonita que es la canción.

Análisis de la obra

Esta canción de polifonía profana sigue la estructura típica del villancico: un estribillo (toda la noche m’alumbres) que se va repetir siempre con la misma letra, y una estrofa con diferentes textos.

  • La primera parte corresponde al estribillo, o parte que se va a repetir. Sin embargo, los tres primeros compases NO corresponden al estribillo, puesto que tienen diferente texto para cada repetición: son un enlace para unir la copla con el estribillo. Y precisamente por eso es muy importante que estos tres compases se canten de forma muy expresiva. A continuación viene el estribillo, querepite el texto dos veces hasta terminar en el acorde final al final de segundo «m’alumbres«.
  • La segunda parte lleva la copla o estrofa de la canción, siendo un diálogo o pregunta-respuesta entre la soprano y el resto de voces. De ahí, se vuelve a repetir el estribillo.

En cuanto a su tempo es una canción de velocidad media, más bien lenta, para transmitir ese aire solemne e incluso misterioso de la canción.

El texto es totalmente profano: habla de la luna, de la luz que refleja y que alumbre al que canta durante toda la noche.

Como comenté al principio, esta obra pertenece Cancionero de Uppsala. En este Cancionero únicamente hay villancicos, ordenados en series de 12 obras: 12 villancicos a 2 voces, 12 villancicos a 3 voces, 12 villancicos a 4 voces, 12 villancicos de Navidad y 6 villancicos más a 5 voces. Por desgracia el ejemplar está incompleto, por lo que podemos suponer que faltarían otros 6 villancicos a 5 voces, más otras obras de Canto Llano y Canto de órgano. Si queréis saber más sobre los villancicos y, en concreto, sobre este Cancionero, hay más información en este post sobre el villancico que publiqué hace tiempo.

LECTURA DEl texto

¡Ay, luna que reluces!
Toda la noche m’alumbres (x2)

¡Ay, luna tan bella!
Alúmbresme a la sierra

Por do vaya y venga!
Toda la noche m’alumbres (x2)

APRENDER LA MELODIA

Para aprender la melodía os dejo los MIDI (¡cuidado el de soprano! ¡La segunda nota es incorrecta!). En cada uno podréis oír vuestra voz y el resto de las voces de fondo.

Para su aprendizaje tendréis que tener en cuenta los momentos en que el coro debe guardar silencio: cuando la soprano es solista al inicio de la canción y durante el estribillo. También merece especial atención la entrada escalonada en la repetición de «toda la noche m’alumbres», donde habrá que llevar cuidado en que cada voz entre cuando le toca en su pertinente orden: tenores, altos, sopranos y bajos. Y en ese final de frase dejar el hueco al tenor, que marca la penúltima nota antes de resolver el acorde.

Este villancico, aparentemente sencillo, es de una tremenda pureza musical y no está exento de cierta complejidad técnica a la hora de cantarlo. Una correcta ejecución hará las delicias de vuestro coro y del público que lo escuche.


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Puntuación: 4 de 5.

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